
¿Sabías que los LEDs pueden ayudar a mejorar tu calidad de vida? ¿Qué su luz puede ser usada para tratamientos terapéuticos muy variados? ¿Qué puede mejorar nuestro rendimiento en el trabajo y en los estudios? Pero no todo es positivo. ¿Sabes que una luminaria con un diseño deficiente puede ser un factor de riesgo para enfermedades como el cáncer o la epilepsia? ¿Que su manipulación puede crear daños a largo plazo en la visión?
Tanto si eres diseñador de sistemas de iluminación, como usuario o instalador, lo que se expone en este post es de tu interés. Los diseñadores podréis conocer las características de la próxima generación de luminarias, las que además de eficiencia aportan la buena luz, la luz que necesitamos. Los consumidores podréis aprender qué características ha de reunir un sistema de iluminación LED para que se adapte a tus necesidades y no perjudique tu salud ni la de los tuyos. Y los instaladores podrán conocer algunos consejos para hacer buenas instalaciones y no correr riesgos a la hora de manipular luminarias con LEDs.
El LED es la fuente de luz que nos permite crear cualquier espectro de luz. Por tanto, nos permiten crear sistemas de iluminación que mejoren nuestra salud.
Así ya se están llevando a cabo muchos experimentos con terapia lumínica para el tratamiento del cáncer con algunos resultados esperanzadores. Pero sobre todo, lo que hay son evidencias de la influencia de la luz azul en nuestro estado de ánimo y en nuestros ritmos biológicos. Una iluminación adecuada ha demostrado conseguir:
Mejorar el humor y el rendimiento en el lugar de trabajo
Menor rotación de personal
Mejora la atención y los tiempos de reacción
Por tanto, una adecuada iluminación con LEDs puede conseguir mejorar nuestro humor, rendimiento, etc, pero también puede ser usada para tratamientos de depresión, recuperación del jet lag, etc.
El LED la única tecnología que puede aprovechar las propiedades de la luz para mejorar nuestra calidad de vida, la única que es capaz de proporcionar la luz adecuada para cada momento.