¿Qué estamos haciendo mal?

Hemos basado nuestro crecimiento económico en el consumo de combustibles fósiles y estamos produciendo graves daños sobre el medio ambiente. Conforme una sociedad es más próspera consume más, aumenta el gasto de los recursos, genera más residuos y produce más emisiones de CO2, lo que implica más problemas para el medio ambiente y provoca el llamado cambio climático. La sostenibilidad está relacionada con los recursos y con el uso que hacemos de los mismos.

Los países más desarrollados hace tiempo que superamos los límites de la sostenibilidad y utilizamos cada vez más recursos de forma poco eficiente. A nuestro lado, muchos millones de personas en el mundo no tienen todavía un acceso razonable a recursos suficientes que posibiliten su desarrollo. Nos enfrentamos por tanto al siguiente dilema: la sostenibilidad sin calidad de vida no tiene sentido y la calidad de vida sin sostenibilidad no tiene perspectiva”. Aquellos países que hemos alcanzado un nivel de calidad de vida razonable, debemos ser los protagonistas esenciales de las políticas de sostenibilidad, con el fin de dotar de un futuro razonable a las siguientes generaciones.

La energía, como recurso básico esencial, está en el centro de todas las actividades que realizamos y por lo tanto su uso está íntimamente relacionado con la sostenibilidad, al ser responsable de muchos de los problemas medioambientales actuales. En consecuencia, la solución pasa porque nuestro consumo energético se haga más eficiente y sostenible. La sustitución de los combustibles fósiles por otras fuentes de energía, con la consiguiente reducción de emisiones contaminantes debe ser un objetivo preferente y debe realizarse a partir de una nueva cultura energética en la que las energías renovables y la eficiencia energética sean las claves para la mejora de la sostenibilidad. La generación distribuida por medio de energías renovables, la movilidad eléctrica y el ahorro energético van a jugar un papel decisivo en la solución de este problema.  Además, debe ser una oportunidad para reactivar la economía, crear empleo y disminuir la dependencia energética del exterior.

Mañana se celebra el día Mundial de la Eficiencia Energética, jornada que llama a la reflexión y a la concienciación ciudadana en el uso de la energía. La eficiencia energética debe ser una práctica que nos permita mantener nuestra calidad de vida invirtiendo menos energía en conseguirlo. Si así lo hacemos, nuestro consumo de energía tendrá, además, un impacto menor sobre el medioambiente. Todos estamos llamados a hacer un uso eficiente de la energía, adoptando hábitos y comportamientos que reduzcan nuestro consumo energético. Es una obligación con nuestra sociedad y con las generaciones futuras.

Nunca hubo en el planeta tanta tecnología, tanta información, tanto conocimiento. Usémosla en la dirección correcta, solucionemos el problema que hemos creado. Exijamos a nuestros gobernantes acciones decididas para mejorar la calidad del aire y la sostenibilidad energética de nuestras ciudades. Exijamos normativas para mejorar la eficiencia energética de los edificios, de la iluminación viaria, para impulsar el uso de los coches eléctricos, para que la energía que consumimos sea de origen renovable. Pero no nos engañemos, sobre todo tengamos en cuenta que el cambio climático lo hemos generado nosotros con nuestros insostenibles y poco razonables comportamientos y que es nuestra responsabilidad afrontar de forma decidida el problema.

La concienciación social y aceptación de las medidas que se impulsen serán claves para lograr este necesario cambio. No nos sigamos escudando en los demás, cada uno de nosotros es responsable. Consigamos entre todos un mundo más eficiente y por la tanto más sostenible. Basta de mirar para otro lado. Este es un problema de todos y entre todos debemos solucionarlo.

http://blogs.20minutos.es/la-energia-como-derecho/2016/03/04/no-el-cambio-climatico-no-es-culpa-de-los-extraterrestres/